CUARTA DIMENSION
El hombre es un ser multidimensional. En el reino de la materia, nuestro cuerpo se somete a las limitaciones
de la tercera dimensión: A desplazarse lentamente en el espacio y a la esclavitud del tiempo. En el nivel
mental no existen barreras, podemos trasladarnos de un sitio a otro a mayor velocidad que la luz. Somos
inteligencia pura, o espíritu, remolinos de energía a los que no afecta ni el tiempo ni el espacio. A nivel
mental nos movemos en la cuarta dimensión.
El manejo de la energía y el control creativo de la mente es el siguiente paso evolucionario al que nuestra
raza tendrá que acceder. Como núcleos de energía mental nada nos aprisiona, somos la potencia creadora
de DIOS, abierta al infinito. En este momento nuestra tarea es elevarnos a ese rango de luz, trabajando en
DESPERTAR CONCIENCIA y comprensión de las leyes que rigen en esa dimensión. Nada en el universo
permanece estático y lo que no cambia para bien, no permanece, abrirnos pues, al cambio y a las nuevas
percepciones a niveles de energía mental, parece ser entonces condición de supervivencia.
No existen pensamientos inocuos, cada pensamiento es una espiral de energía con una dirección
determinada, hacia el positivo o el negativo. Todo lo que vemos a nuestro alrededor es el resultado de
pensamientos. Los pensamientos no son ni pequeños ni grandes, ni poderosos o débiles, simplemente son
verdaderos o errados. Los primeros nos hacen creadores. Cada ser humano contribuye con su pensamiento
a impulsar la paz o la guerra, a materializar el amor o el miedo. Los pensamientos neutros simplemente no
existen.
Si queremos cambiar al mundo, la formula efectiva es cambiar nuestro pensamiento. Podemos escoger no
aumentar más la carga de negatividades y violencia, parando el flujo del derrotismo, la critica, el
menosprecio y la actitud de juzgar y condenar. Si desde nuestra mente, potente trasmisora, adoptamos
visiones de paz, de felicidad y de amor, poco a poco iremos alterando el estado mental colectivo y
polarizando nuestro destino planetario hacia lo positivo. No debería pasar un solo día sin que, por un cuarto
de hora, nos dedicáramos a visualizar e imaginar a nuestra familia en armonía, a construir mentalmente
ondas de paz y amor fraternal para nuestra ciudad, para nuestro país, frecuencias de luz, amor y armonía
que bañen América y al planeta entero.
Quedan todavía por vivir los cinco años más duros del “tiempo de las tribulaciones”. Todos los sistemas
falsos tendrán que venirse abajo. Se desmoronará la economía, la política, las religiones etc. Lo viejo tiene
que morir para que de sus ruinas brote un nuevo manantial. Comenzaremos ya el recorrido de un puente
estrecho y peligroso. No es sabio detenernos a contemplar los abismos, ni las bases rotas. Avanzamos
fijando la mirada serena en la otra orilla. Allí llegaremos, porque es la voluntad del Padre, y su pensamiento
es ley.
En revelaciones hechas a Eileen Caddy, durante la meditación, leemos lo siguiente: “En lo que concierne a
todos, estos son tiempos críticos. La liberación de energía cósmica va a afectar a las almas de muchas
maneras, sacando a la luz lo mejor en algunos y lo peor en otros, dependiendo de la forma como respondan.
Quédate tranquilo en medio del caos y la confusión. Que tu fe sea fuerte, conóceme y sabe que no importa
lo que parece estar pasando a tu alrededor. Ve mi mano en todo, debes saber que de este caos y confusión
solo puede resultar lo perfecto. No resistas al mal, sino que vence al mal con el bien. Cuanto mas grande sea
el caos y la confusión a tu alrededor, mas grande es tu necesidad de paz y de calma interiores. Búscalas en el
silencio interior (meditación), y aferrate a ellas. Si permaneces en mi luz, aunque a tu lado caigan mil y diez
mil a tu diestra, a ti no habrá de alcanzarte la desgracia”. Así sea.
Karma Sherab – Lama Tibetano Budista - mmc
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