3 de mayo, día de San Alejandro I
Hoy, 3 de mayo, conmemoramos a San ALEJANDRO I, Papa.
SAN ALEJANDRO I (¿75?-115) nació en Roma en los albores del cristianismo; pertenecía a una familia romana de alcurnia.
Cuando era muchacho, San Alejandro fue un destacado discípulo de Plutarco y de Plinio el Joven. Más adelante se bautizó y se involucró con las comunidades de cristianos de Roma.
A la muerte del papa San Evaristo, hacia el año 105, San Alejandro fue electo como el sexto papa de la cristiandad, a pesar de no haber cumplido aún treinta años.
A él se le atribuye la institución del agua bendita, así como la introducción del pan ácimo para celebrar la eucaristía. Asimismo, durante los diez años de su pontificado se ganaron numerosos adeptos, especialmente de la baja nobleza romana.
No ha sido comprobado que efectivamente haya muerto decapitado en épocas de Trajano, el emperador. Sin embargo la tradición relata un milagro que obró sobre Balbina, la hija de un alto funcionario llamado Quirino, a la que curó de su enfermedad estando el papa Alejandro en prisión, luego de que Quirino encontrara y le llevara las cadenas de San Pedro.
Si bien San Alejandro I consiguió llevar a Quirino y a su hija Balbina, quien eventualmente se volvería Santa Balbina, al bautismo y a la nueva fe, esta tradición relata que los tres perecieron decapitados luego de sufrir tormentos atroces.
SAN ALEJANDRO I nos ofrece una muestra del largo camino que ha tenido que recorrer la cristiandad para llegar hasta nuestros días.
SAN ALEJANDRO I (¿75?-115) nació en Roma en los albores del cristianismo; pertenecía a una familia romana de alcurnia.
Cuando era muchacho, San Alejandro fue un destacado discípulo de Plutarco y de Plinio el Joven. Más adelante se bautizó y se involucró con las comunidades de cristianos de Roma.
A la muerte del papa San Evaristo, hacia el año 105, San Alejandro fue electo como el sexto papa de la cristiandad, a pesar de no haber cumplido aún treinta años.
A él se le atribuye la institución del agua bendita, así como la introducción del pan ácimo para celebrar la eucaristía. Asimismo, durante los diez años de su pontificado se ganaron numerosos adeptos, especialmente de la baja nobleza romana.
No ha sido comprobado que efectivamente haya muerto decapitado en épocas de Trajano, el emperador. Sin embargo la tradición relata un milagro que obró sobre Balbina, la hija de un alto funcionario llamado Quirino, a la que curó de su enfermedad estando el papa Alejandro en prisión, luego de que Quirino encontrara y le llevara las cadenas de San Pedro.
Si bien San Alejandro I consiguió llevar a Quirino y a su hija Balbina, quien eventualmente se volvería Santa Balbina, al bautismo y a la nueva fe, esta tradición relata que los tres perecieron decapitados luego de sufrir tormentos atroces.
SAN ALEJANDRO I nos ofrece una muestra del largo camino que ha tenido que recorrer la cristiandad para llegar hasta nuestros días.
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