1 de junio, día de San Justino
Hoy, 1 de junio, conmemoramos a San JUSTINO, Mártir.
SAN JUSTINO (¿103?-¿167?) nació en Flavia Neapolis, ciudad romana construida en el sitio de la antigua Siquem de Samaria, que corresponde a la actual Nablus, Jordania.
Hijo de padres paganos y ciudadanos imperiales de Roma, San Justino dedicó buena parte de su vida al estudio de los filósofos, sintiéndose especialmente atraído por el pensamiento de Platón y el de los seguidores del estoicismo.
San Justino llegó a la fe cristiana siendo ya un hombre maduro, al buscar a Dios a través de la filosofía y el razonamiento. Luego de estudiar las Sagradas Escrituras, voluntariamente se convirtió al cristianismo.
Es autor de dos Apologías, o sea defensas eruditas de los cristianos y de sus derechos a vivir en paz dentro del Imperio. Estas argumentaciones las dirigió al emperador Antonino Pío (reinó 138-161) para probar la santidad e inocencia de la fe cristiana y convencerlo de que detuviera las persecuciones.
Debido a una disputa con un rival, San Justino fue denunciado ante las autoridades del nuevo emperador, hijo y sucesor del anterior, Marco Aurelio Antonino (reinó 161-180). Al negarse a rendir sacrificio a los dioses romanos, San Justino fue decapitado.
SAN JUSTINO fue uno de los primeros pensadores que intentó conciliar el cristianismo con las ideas y valores del paganismo de Roma.
SAN JUSTINO (¿103?-¿167?) nació en Flavia Neapolis, ciudad romana construida en el sitio de la antigua Siquem de Samaria, que corresponde a la actual Nablus, Jordania.
Hijo de padres paganos y ciudadanos imperiales de Roma, San Justino dedicó buena parte de su vida al estudio de los filósofos, sintiéndose especialmente atraído por el pensamiento de Platón y el de los seguidores del estoicismo.
San Justino llegó a la fe cristiana siendo ya un hombre maduro, al buscar a Dios a través de la filosofía y el razonamiento. Luego de estudiar las Sagradas Escrituras, voluntariamente se convirtió al cristianismo.
Es autor de dos Apologías, o sea defensas eruditas de los cristianos y de sus derechos a vivir en paz dentro del Imperio. Estas argumentaciones las dirigió al emperador Antonino Pío (reinó 138-161) para probar la santidad e inocencia de la fe cristiana y convencerlo de que detuviera las persecuciones.
Debido a una disputa con un rival, San Justino fue denunciado ante las autoridades del nuevo emperador, hijo y sucesor del anterior, Marco Aurelio Antonino (reinó 161-180). Al negarse a rendir sacrificio a los dioses romanos, San Justino fue decapitado.
SAN JUSTINO fue uno de los primeros pensadores que intentó conciliar el cristianismo con las ideas y valores del paganismo de Roma.
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