24 de agosto, día de Santa María Micaela del Santísimo Sacramento
Hoy, 24 de agosto, conmemoramos a Santa MARÍA MICAELA del SANTÍSIMO SACRAMENTO, Fundadora.
SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO (1809-1865) nació en Madrid, España, en una devota familia de noble ascendencia flamenca y española.
Santa María Micaela Desmaisières nació dentro del linaje de los Vega de Pozo y Llanos de Alguazas, y de hecho le correspondía el título de vizcondesa de Jorbalán. Sin embargo, para ella lo único que siempre importó fue la nobleza de ánimo.
Desde niña mostró siempre deseos de ayudar a los pobres a mejorar sus vidas, pero en 1834 esta vocación se puso a prueba, cuando en la villa de Guadalajara estalló una epidemia de cólera.
En la primera fila de voluntarios para prestar ayuda se encontró Santa María Micaela, que se dio por entero a visitar a los enfermos y rezar con ellos, y a repartir medicinas, alimentos y ropa para los más necesitados.
En sus visitas al hospital de San Juan de Dios en Madrid, conoció a una joven enferma que se dedicaba al oficio de la prostitución. Asombrada y conmovida, a Santa María Micaela le nació la idea de fundar un colegio para ayudar a muchachas pobres caídas en desgracia.
De este modo, junto con un comité de siete damas voluntarias, dio inicio en 1845 a lo que sería su importante obra. Al mismo tiempo, a través de ejercicios espirituales dirigidos por su confesor, el padre Eduardo José Rodríguez, alcanzó el estado de fe y abandono que le permitirían recibir la gracia espiritual.
Ahí dio inicio a su vida verdaderamente mística y apostólica. Su trabajo ascético se tradujo en los principios de humildad, bondad y obediencia, y en 1847, en París, se consagró a la Eucaristía, adoptando el nombre de María Micaela del Santísimo Sacramento.
Cuando estalló en Francia la revolución de 1848, Santa María Micaela regresó a Madrid. Pero fue sólo para encontrar que el colegio que había fundado se encontraba en completo estado de abandono.
Dedicó entonces toda su energía y su patrimonio a llevar a cabo su obra. Tuvo que soportar calumnias y difamaciones por ayudar a mujeres jóvenes marginadas de la sociedad debido a su oficio, pero con el tiempo todo su empeño fructificó.
Fue así como fundó en 1859 la Congregación de Adoratrices y Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, cuyo propósito era ofrecer benevolencia y caridad a las jóvenes huérfanas o desgraciadas que buscaran su ayuda.
Un nuevo y repentino brote de cólera, esta vez en Valencia, le recordó el compromiso de su juventud, por lo que se trasladó para ofrecer su ayuda. Sin embargo, en esta ocasión se expuso demasiado al contagio, y falleció víctima de la enfermedad en 1865.
Santa María Micaela del Santísimo Sacramento fue canonizada en 1925 por el papa Pío XI. Fue sepultada en Valencia.
SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO nos enseña que la nobleza de espíritu es la verdadera nobleza.
SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO (1809-1865) nació en Madrid, España, en una devota familia de noble ascendencia flamenca y española.
Santa María Micaela Desmaisières nació dentro del linaje de los Vega de Pozo y Llanos de Alguazas, y de hecho le correspondía el título de vizcondesa de Jorbalán. Sin embargo, para ella lo único que siempre importó fue la nobleza de ánimo.
Desde niña mostró siempre deseos de ayudar a los pobres a mejorar sus vidas, pero en 1834 esta vocación se puso a prueba, cuando en la villa de Guadalajara estalló una epidemia de cólera.
En la primera fila de voluntarios para prestar ayuda se encontró Santa María Micaela, que se dio por entero a visitar a los enfermos y rezar con ellos, y a repartir medicinas, alimentos y ropa para los más necesitados.
En sus visitas al hospital de San Juan de Dios en Madrid, conoció a una joven enferma que se dedicaba al oficio de la prostitución. Asombrada y conmovida, a Santa María Micaela le nació la idea de fundar un colegio para ayudar a muchachas pobres caídas en desgracia.
De este modo, junto con un comité de siete damas voluntarias, dio inicio en 1845 a lo que sería su importante obra. Al mismo tiempo, a través de ejercicios espirituales dirigidos por su confesor, el padre Eduardo José Rodríguez, alcanzó el estado de fe y abandono que le permitirían recibir la gracia espiritual.
Ahí dio inicio a su vida verdaderamente mística y apostólica. Su trabajo ascético se tradujo en los principios de humildad, bondad y obediencia, y en 1847, en París, se consagró a la Eucaristía, adoptando el nombre de María Micaela del Santísimo Sacramento.
Cuando estalló en Francia la revolución de 1848, Santa María Micaela regresó a Madrid. Pero fue sólo para encontrar que el colegio que había fundado se encontraba en completo estado de abandono.
Dedicó entonces toda su energía y su patrimonio a llevar a cabo su obra. Tuvo que soportar calumnias y difamaciones por ayudar a mujeres jóvenes marginadas de la sociedad debido a su oficio, pero con el tiempo todo su empeño fructificó.
Fue así como fundó en 1859 la Congregación de Adoratrices y Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, cuyo propósito era ofrecer benevolencia y caridad a las jóvenes huérfanas o desgraciadas que buscaran su ayuda.
Un nuevo y repentino brote de cólera, esta vez en Valencia, le recordó el compromiso de su juventud, por lo que se trasladó para ofrecer su ayuda. Sin embargo, en esta ocasión se expuso demasiado al contagio, y falleció víctima de la enfermedad en 1865.
Santa María Micaela del Santísimo Sacramento fue canonizada en 1925 por el papa Pío XI. Fue sepultada en Valencia.
SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO nos enseña que la nobleza de espíritu es la verdadera nobleza.
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