jueves, 1 de marzo de 2012

Dolor y sufrimiento‏


Los mortales sólo aprenden la sabiduría a través de la experiencia de las tribulaciones.
Libro de Urantia. Pág.556


Esta cita no es una oda al sufrimiento, porque Dios nos creo para que fuésemos felices, ya que "una felicidad en crecimiento constante es siempre la experiencia de los que están seguros de Dios. 1766" porque hay dos clases de sufrimientos, uno glorioso porque nos sirve como material de evolución para la vida eterna y otro sufrimiento estéril, que es cuando de él sólo sacamos sentimientos de compasión o rebeldía ante lo que nos ocurre.El sufrimiento es lo que el crisol es para el oro, por eso " los Espíritus residentes no está interesados en hacer fácil la carrera mortal; más bien les interesa hacer vuestra vida razonablemente difícil y áspera, para que las decisiones estén estimuladas y multiplicadas.1192" Ellos saben que así como el niño pequeño al dar sus primeros pasos, debe necesariamente caer y llorar para aprender a caminar, nosotros también necesitamos crecer en sabiduría a través de las dificultades, porque es en estos momentos que todos sabemos por experiencia, que sacamos energías y capacidades que no sabíamos que teníamos. Un atleta debe sudar mucho, antes de lograr llegar paulatinamente a las metas fijadas. Entonces ¿cómo podríamos alcanzar la meta de ser perfectos como nuestro Padre, si no tuviésemos que aprender todo lo mucho que encierran las difiultades, los dolores, las pérdidas y las derrotas? La primera lección que debemos aprender con respecto al dolor es una lección de consciencia y de sabiduría. De hecho, mientras sigamos considerando el sufrimiento como un mal, como algo injusto y cruel, o por lo menos incomprensible, no seremos capaces de dominar el arte que se requiere para acogerlo, transformarlo y convertirlo en algo positivo.
"El Padre en el cielo no aflige a propósito a los hijos de los hombres. El hombre sufre, primero, por los accidentes del tiempo y por las imperfecciones que se originan del mal en una existencia física inmadura. Luego, sufre las consecuencias inexorables del pecado y la transgresión de las leyes de la vida y de la luz. Finalmente, el hombre cosecha el fruto de su persistencia inicua en la rebelión contra el gobierno recto del cielo en la tierra. Pero los sufrimientos del hombre no son un castigo personal del juicio divino. El hombre puede hacer, y hará, mucho para disminuir sus sufrimientos temporales. Pero, apártate de una vez por todas de la superstición de que Dios aflige al hombre por mandato del diablo.1664
El dolor y el sufrimiento no son la misma cosa aún cuando suelen ir entrelazados. El dolor es inevitable, porque en gran parte se refiere a la parte física, que como tal está sometida a los accidentes del tiempo y a eventos fortuitos que escapan a nuestra voluntad de elegir, porque "en el asunto de le enfermedad y de la salud, debéis saber, que los estados corporales son resultados de causas materiales, la salud no es la sonrisa del cielo, ni es la enfermedad el castigo de Dios.1831" y por lo mismo debemos tomar el dolor como una energía, que por alguna razón fisiológica está atacando a nuestro organismo y que como toda energía si nos concentramos, podemos encauzarla y hacer de ella algo positivo, porque «aunque la transgresión de la ley divina cosecha, tarde o temprano, el castigo, aunque los hombres indudablemente terminan por cosechar lo que sembraron, debes saber que el sufrimiento humano no es siempre castigo por un pecado anterior.1664

El dolor es inevitable, pero no así el sufrimiento moral que proviene de la mente y el alma y por lo mismo, si nos esforzamos por buscar y encontrar nuestra paz interna uniéndonos a nuestro Espíritu divino residente en nosotros, podemos hacer que el sufrimiento sea un verdadero trampolín para aceptar sinceramente la voluntad de Dios, confiados en que El jamás nos manda una prueba, sin enviarnos también la fuerza para no aferrarnos a él y aprender a sobrellevarlo y transmutarlo
Cuando el dolor sea éste físico o emocional, se asume no como un castigo de Dios, sino como una oportunidad de aprender, es mucho más fácil el no rebelarnos y aprender a manejarlo y encauzarlo para que él no se pierda en quejas inútiles, sino que nos sirva para crecer espiritualmente. Cuando en vez de huir del dolor, lo asumimos y nos hacemos consciente de la zona que nos duele, y respiramos lenta y suavemente pensando que estamos respirando el prana positivo y al expirar nos imaginamos que estamos desprendiéndonos de lo negativo, vamos a ir sintiendo mayor paz, porque es como si nos adueñarámos de los efectos del dolor, puede que no desaparezca por completo, pero se hace mucho más soportable, porque deja de afectarnos emocionalmente y nuestro miedo a sufrir disminuye considerablemente, por tanto sigue siendo dolor pero no un sufrimiento. Para que el dolor no nos dañe, hay que experimentarlo, vivirlo y aceptarlo, porque si lo hacemos podemos transmutar esa energía en evolución, porque el sufrimiento nos hace madurar todos los aspectos de nuestra consciencia, especialmente los más profundos y sutiles. El dolor nos obliga a que desviemos la atención del mundo exterior, nos libera del apego hacia él y nos hace profundizar en nosotros mismos: nos hace más conscientes y nos incita a buscar consejo, luz y paz en nuestro interior y en el espíritu que anida en cada uno de nosotros. En resumen, el dolor nos despierta y nos prepara para una mejor vida.
El simbolo de los rosacruces es muy lindo, es una cruz tapizada de rosas, así debiera ser también nuestra vida, porque ¿cual es la rosa que no tiene espinas? El sufrimiento humaniza y las pruebas son el barómetro con el cual podemos medir nuestro avance y desarrollo espiritual, porque "es en los momentos de prueba cuando el alma revela lo que verdaderamente alberga el corazón.1824"
yolanda silva solano

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