BALANCE DE FIN DE AÑO
Toda nuestra vida la hemos invertido para ser lo que somos. ¿Ha valido la pena? ¿Somos ahora más sabios y felices que hace algún tiempo, cuando todavía no nos enriquecía la experiencia y más que de realidades vivíamos de esperanzas y deseos? ¿Cómo hemos aprovechado ese potencial creativo que llevamos dentro para expresarnos y para contribuir al bien común que compartimos con nuestros semejantes? En los negocios es útil hacer un balance de fin de año para tener una buena perspectiva del estado financiero. La más importante de nuestras inversiones es nuestra realización interior, por ello también es vital evaluar en el año transcurrido como se han transformado nuestros ideales, nuestros pensamientos y opiniones.
Necesitamos sintetizar y aclarar nuestra visión del trayecto recorrido, analizar cuál ha sido nuestra respuesta a las nuevas oportunidades y cual nuestra actitud ante el calidoscopio del acontecer. Con esta visión total podemos entonces hacer propósitos y reforzar una motivación que nos impulse a mejorar.
Si nuestro balance es negativo, tal vez no hemos sabido fluir con los cambios que nos trae la vida en cada recodo del camino. Cambiar es la ley, por lo tanto no es algo que debamos evitar o temer. Para el sabio siempre ocurre aquello que el desea, porque siempre sabe estar conforme y adaptarse. Rechazar lo nuevo a veces requiere más energía y esfuerzo que aceptar lo que venga con el corazón agradecido.
Parece más fácil quedarnos como somos y aferrarnos a lo que tenemos, pero nadando contra la corriente en realidad solo nos desviamos hacia la frustración y la soledad antes de tener que rendirnos ante lo inevitable.
Todos tenemos problemas, ellos son la esencia de nuestro aprendizaje, están ahí para que los afrontemos directamente con valor y determinación. Como las nubes que obsequian la humedad que da vida y la sostiene y sin embargo ocultan con su presencia la serenidad el cielo azul; así los obstáculos, sin ser particularmente bienvenidos, surgen en nuestro camino para dar temple a nuestra fortaleza e incrementar la confianza en nosotros mismos.
Buscando soluciones nos hacemos más versátiles, descubrimos nuevas formas de Ser. Cada cambio en la vida deja una lección aprendida, ganamos con ella un aspecto, antes oculto que nos ha sido revelado. Nuestra comprensión y sabiduría se multiplican si aceptamos cada reto.
No olvidemos que movimiento y cambio son expresiones de la vida, mientras que inflexibilidad y rigidez son señales de muerte.
Todos los cambios siempre traen algo positivo, pero nosotros a veces carecemos de atención para captarlo.
Para comenzar el nuevo año podemos estrenar un nuevo prisma de ver la realidad. Cuando nuestro pensamiento se concentra en violencia, robos, secuestros, asesinatos, caos y corrupción, estamos ampliando el poder de acción de esas fuerzas destructoras. Rechacemos la costumbre considerar con prioridad el aspecto negativo en nuestros semejantes, en las circunstancias y acontecimientos. Si enfocamos nuestro interés y la energía del pensamiento en buscar y descubrir lo positivo, donde quiera encontraremos belleza, generosidad y solidaridad para el bien, aún en medio de la podredumbre.
Comencemos el año con espíritu de gratitud, con la intima confianza de que todo lo mejor está por venir todavía. Con este convencimiento somos un imán para atraerlo. Lo mejor y solo lo mejor es para nosotros suficiente. Así viviendo nuestra propia canción de gratitud y de fé veremos realizarse lo imposible. Un pensamiento unificado en lo positivo arrastrara consigo a todos los pensamientos hacia el mismo enfoque.
Edificando nuestro propio refugio de paz, de amor y de felicidad, a todos ofreceremos paz, amor y felicidad en este nuevo año que comienza preñado de esperanzas.
Pensamiento positivo: “Yo estoy ahora abierto a la vida y lo que ella me ofrezca lo acepto con alegría. Ahora aprendo a mirar el mundo bajo el prisma del amor”
Karma Sherab – Lama Tibetano Budista
Mauricio Monsacar
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