12 de abril, día de Santa Teresa de Jesús de los Andes
Hoy, 12 de abril, conmemoramos a Santa TERESA de JESÚS de LOS ANDES, Monja.
SANTA TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES (1900-1920) nació en Santiago de Chile, en el seno de una familia acomodada muy devota, con el nombre de Juana Enriqueta Fernández Solar.
Santa Teresa de los Andes recibe la primera instrucción cristiana por parte de sus progenitores, y más tarde se educa con las monjas del Sagrado Corazón. Y a partir de su Primera Comunión, en 1910, empezó a tener experiencias místicas de conversaciones interiores con Jesús; estos eventos fueron su guía, pero los guardó siempre en su intimidad.
A los 14 años comienza a preparar su camino para ingresar a la Orden de las Carmelitas Descalzas de los Andes, sintiéndose llamada fervientemente a la vida contemplativa.
En mayo de 1919 ingresa finalmente al convento, tomando el nombre de Teresa de Jesús. Sus compañeras comentaban que desde su ingreso, Teresa ya era santa, y la recordaban por su alegría y por procurar la felicidad de quienes la rodeaban. Era una muchacha jovial, simpática, comunicativa y deportiva.
El lema de Santa Teresa de Jesús de los Andes era: “Amar, sufrir, servir, rezar.” Y en efecto, sintetizando en su existencia lo divino y lo humano, su muy corta vida le bastó para alcanzar la santidad.
Antes de un año de vivir en el convento, y antes de cumplir los veinte años de edad, Santa Teresa enfermó de tifo el viernes santo de 1920. Tres días después recibió los últimos sacramentos, y al día siguiente emitió su profesión religiosa in articulo mortis. Luego falleció finalmente en santa paz.
Muy poco tiempo después de su muerte se le empezó a venerar dentro de su Orden. Santa Teresa de Jesús de los Andes es la primera Santa chilena, y la primera Santa de las Carmelitas Descalzas fuera de Europa.
Fue canonizada por el papa Juan Pablo II en 1991. Sus restos se conservan en el santuario de Auco-Rinconada de Los Andes, en Chile, que por esa causa se ha convertido en un concurrido sitio de peregrinación.
SANTA TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES nos enseña la importancia del servicio al prójimo y del sacrificio por los demás.
SANTA TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES (1900-1920) nació en Santiago de Chile, en el seno de una familia acomodada muy devota, con el nombre de Juana Enriqueta Fernández Solar.
Santa Teresa de los Andes recibe la primera instrucción cristiana por parte de sus progenitores, y más tarde se educa con las monjas del Sagrado Corazón. Y a partir de su Primera Comunión, en 1910, empezó a tener experiencias místicas de conversaciones interiores con Jesús; estos eventos fueron su guía, pero los guardó siempre en su intimidad.
A los 14 años comienza a preparar su camino para ingresar a la Orden de las Carmelitas Descalzas de los Andes, sintiéndose llamada fervientemente a la vida contemplativa.
En mayo de 1919 ingresa finalmente al convento, tomando el nombre de Teresa de Jesús. Sus compañeras comentaban que desde su ingreso, Teresa ya era santa, y la recordaban por su alegría y por procurar la felicidad de quienes la rodeaban. Era una muchacha jovial, simpática, comunicativa y deportiva.
El lema de Santa Teresa de Jesús de los Andes era: “Amar, sufrir, servir, rezar.” Y en efecto, sintetizando en su existencia lo divino y lo humano, su muy corta vida le bastó para alcanzar la santidad.
Antes de un año de vivir en el convento, y antes de cumplir los veinte años de edad, Santa Teresa enfermó de tifo el viernes santo de 1920. Tres días después recibió los últimos sacramentos, y al día siguiente emitió su profesión religiosa in articulo mortis. Luego falleció finalmente en santa paz.
Muy poco tiempo después de su muerte se le empezó a venerar dentro de su Orden. Santa Teresa de Jesús de los Andes es la primera Santa chilena, y la primera Santa de las Carmelitas Descalzas fuera de Europa.
Fue canonizada por el papa Juan Pablo II en 1991. Sus restos se conservan en el santuario de Auco-Rinconada de Los Andes, en Chile, que por esa causa se ha convertido en un concurrido sitio de peregrinación.
SANTA TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES nos enseña la importancia del servicio al prójimo y del sacrificio por los demás.
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